miércoles, 31 de diciembre de 2014

Acaba el año...

... Y toca hacer la consabida reflexión de lo que ha sido y lo que se esperaba de él.

Aunque todos los años me plantee propósitos para los 12 meses venideros, suelo ser bastante realista a la hora de definir el alcance y el número de los mismos. Es por eso que me había hecho tres grandes propuestas:

- Encontrar trabajo: fracaso rotundo, aunque no será por dedicarle tiempo ni energías.

- Sacarme el niver C1 de inglés. Nunca me había preparado título alguno de idiomas, así que empecé en enero en la academia como si estuviese en otro planeta. Ocho meses después me presentaba a mi tercera convocatoria que resultó aprobada. El logro del año.

- Ir a nadar. Empecé con energías pero después de verano dejé de ir. No he renovado el abono para 2015.

Luego están las cosas que no me he propuesto y he conseguido, sobre todo en lo personal. Lo miro y lo veo todo como si fuese una nebulosa, sin un hito que cumplir, pero no tengo la sensación de haber perdido el tiempo, ni haber avanzado mal y querer volver hacia atrás.

Para el año que viene, sigue en pie el primer punto de los propósitos. Todo el mundo me dice que este año seguro que sale algo, pero eso pensaba yo hace doce meses. En lo personal y sentimental, sólo quiero no quedarme quieto lamentándome de mis miserias. No me propongo más.

Tengo más metas, pero esas sólo dependen de mí y de mifuerza de voluntad, así que veo mucho más fácil cumplirlas.

Feliz 2015.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Losing a year - Jeff Hanson.


Aunque esta canción sea de 2005, ha sido uno de mis descubrimientos del año.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Indecisión

Hace un tiempo que hablando con un chico al que conocí por casualidad (sin intenciones "a priori") llegó el tema de ropa de invierno. Así, como quien quiere la cosa, me acabó proponiendo ir a una localidad cercana a comprar ropa junto con un amigo suyo. Este pueblo es conocido por su industria del calzado.

El plan que suelen hacer en estos casos es ir a comprar cosas y después acercarse a unas pozas termales que hay a 5 km. a darse un baño. Esas pozas abiertas al público están muy bien, de hecho las suelo visitar con un par de amigos con frecuencia, sobre todo en invierno. Me llamó un poco la atención que, al decirle con quién solía ir, me soltó un comentario del estilo "Mira qué pillín" (se me olvidó mencionar el hecho de que son amigos sin derecho a roce).

El caso es que, al llegar a casa ese día, mi cabeza despertó y empezó a maquinar malamente. Luego descubrí que en dichas pozas, una vez se queda todo a oscuras, el agua calentita empieza a hacer de las suyas, los cuerpos se arrejuntan y... Bueno, mejor me callo que ya he dejado clara la idea, ¿no?

La idea siguiente fue: ¿qué narices harán ellos allí? Partiendo del hecho de que yo quedaba "fuera de juego", me daba miedo de verme en una encerrona y, de alguna manera, encontrarme muy incómodo y cortarles el rollo a ellos, así que días después le mandé un Whatsapp diciendo que iría a comprar ropa pero a las pozas no. Desde entonces, no volví a tener noticias del evento hasta el pasado septiembre.

Ya que necesitaba el pantalón, volví a recordarle en hecho de ir a comprarlo y a las pozas. Pero había otro motivo: el hecho de que ellos podrían hacer lo que quisieran, que yo me iba a recrear en el agua calentita y olvidarme del resto del mundo, como suelo hacer cada vez que voy. En ese momento, me dijo que no me había vuelto a decir nada porque yo no quería ir a las pozas. Para más inri, cuando le dije que solía ir con amigos "sin derecho a roce" me soltó indirectas del estilo: "Pues qué aburrido, ¿no?".

Dijo que ya me comentaría para ir pero no ha vuelto a mencionar el tema. Me temo, y a riesgo de parecer pretencioso, que quería algo conmigo pero mis indecisiones y mi mala cabeza me hicieron perder una oportunidad y quedarme pensando desde entonces en lo que pudo ser y no fue.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Mi alma perdida - Amaral.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Versiones y perversiones IV

Dado que la versión que traigo hoy es tan conocida, esta vez voy a mostrar las canciones al revés, primero el tema principal de la película "El Guardaespaldas" cantado por Whitney Houston y después la original.


48 millones de copias vendidas, 14 semanas en el nº 1 en Estados Unidos... ¿Qué decir de esta canción que no se sepa ya? No se me ocurre nada. Únicamente que si no la has escuchado nunca es que has pasado los últimos 25 años encerrado en un búnker en las costas albanesas.

Pues bien, esta canción es una versión de un tema country compuesto por Dolly Parton a principios de los 70. Mira el vídeo que pongo a continuación y verás que la estética no deja lugar a dudas.


Además, en 1981, grabó una segunda versión para la película "The Best Little Whorehouse in Texas". En ella, Dolly interpreta a la regente de un burdel que un presentador de televisión quiere cerrar porque atenta contra la buena moral. Burt Reynolds interpreta al Sheriff del pueblo y amante de la Parton. Muy Country todo.


La verdad es que esta última es mi preferida. La descubrí allá por 1993 y a pesar de que no tiene la voz de Whitney, la canción en conjunto me gusta más, con esos arreglos country que me encantan.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

A las penas puñaladas

En la constante y siempre cargante búsqueda de curro, hice una entrevista para ir a trabajar tres años al extranjero. En un principio la primera entrevista fue mal y no creía que me fuesen a llamar pero me equivoqué: la semana siguiente estaba haciendo la segunda. Salí con mejor sabor de boca que en la primera pero la cosa no culminó. De las dos personas que optábamos al puesto cogieron a la otra. Está claro que no me puedo fiar de mis sensaciones.

Alguna cosilla voy moviendo, pero no se concreta nada (de hecho, creo que ha sido la constante durante todo este tiempo de sequía). Para más inri, el fin de la prestación de desempleo está a la vuelta de la esquina. No es tanto el problema del dinero sino el hecho de que el tiempo se pasa volando y me preocupa este gran intervalo desconectado del mundo laboral.

Una buena manera de paliar esto último es dedicarte a hacer cursos y demás zarandajas. Ya cayó el Advanced de inglés (que me costó grandes sesiones de paciencia) y he empezado con el francés y el alemán. Fuera de los idiomas, estoy a la espera de que me llegue el material del máster que me va a tener ocupado un año entero y han caído unos cuantos cursos de corta duración, aparte de la guitarra.

Otra alternativa para sacar el lado positivo de esto es aprovechar la libertad que me da el no tener que fichar de lunes a viernes y dedicarme a viajar. De hecho, tengo planeados tres salidas de aquí a febrero. En enero me voy a Madrid de visiteo, y además podré ver a un buen amigo que vivía lejos y que, por coincidencia de fechas, estará por allí esos días.

Si paro, pienso. Y eso es malo.

Pseudolalucinación parasitaria de hoy: Pasa la vida - Alejandra Guzmán.



martes, 9 de diciembre de 2014

Pitufadas

Existe un efecto en las grabaciones musicales que consiste en elevar la frecuencia fundamental de un sonido, sobre todo de la voz humana, y sus armónicos de tal manera que suene más agudo. Creo que una expresión más técnica es "subir el pitch". En soportes analógicos, como las cintas de cassette o los discos de vinilo se conseguía facilmente aumentando la velocidad de reproducción. ¿Quién no ha probado a escuchar un LP de 33 revoluciones a 45 o una cinta con el play pulsado a la mitad del recorrido?

El nombre más común para este efecto de sonido es "pitufadas", supongo que asociado a los álbumes que sacó el holandés Pierre Kartner bajo el nombre "El Padre Abraham y los Pitufos" a finales de los 70 y principios de los 80. De hecho, el cassette "Veo veo" cayó en mis manos allá por mi más tierna infancia.


Pero entraron los 90 y los Pitufos descubrieron la Ruta del Bakalao y los tripis. Dejaron al Padre Abraham (que ya no estaba para esos trotes) y sacaron varios discos de dudoso gusto haciéndose llamar "Los Pitufos Makineros". Así como sus primeros discos me resultan entrañables, esto ya me parece insufrible.


Fuera de nuestro país, este efecto de sonido ya se llevaba asociando a otros personajes mucho antes de que estros seres azules llegaran a ver la luz en el cómic. En 1958 salieron al mercado "Alvin y las Ardillas" e hicieron ganar algún Grammy a sus creadores por el uso del mismo. Ni que decir tiene que estos personajes llevan casi sesenta años regalándonos pitufadas.


Dentro de la música "adulta" (por llamarlo de alguna manera), este efecto ha sido utilizado por los más diversos artistas. En la época en la que el LSD campaba a sus anchas, David Bowie nos contaba la historia de un gnomo que apareció en su casa y que no se podía quitar de encima.


Ya sin asociarlo a seres o animales diminutos, Ike Turner también cayó en las redes de las pitufadas.


En tiempos más recientes, ya bien entrados los años 90, llegó esta canción de Supergrass. Van un paso más allá y lo combinan con el falsete. Un poco más y esta canción sólo podrían escucharla los perros.


A partir de aquí es difícil descubrir canciones que usen este efecto y que no formen parte de la música electrónica de baile. Ahora mismo, me viene a la cabeza este título:

Igual esta otra no está tan encasillada en este género:


Hasta aquí mi selección. No están todas las que son pero creo que son suficientes como para estrujar la paciencia del lector.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Veo veo - El Padre Abraham y los Pitufos.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Odio

El otro día, me dio por rescatar este vídeo de mi memoria. Lo cierto es que me produce sensaciones encontradas. Por un lado, me parece una salida del armario con un genial sentido del humor y sin dramatismos pero por otro lado me da la impresión que es fácil de malinterpretar el mensaje real y provocar mayor ridiculización.

No es secreto para nadie que de Millán Salcedo han corrido todo tipo de rumores sobre su orientación sexual. No es mi intención incidir sobre ellos. El motivo de hablar sobre esto es que, el otro día, buscando opiniones sobre este vídeo por internet me topé con esta noticia.

Hago un resumen: uno de los más reconocidos y queridos humoristas de los últimos 30 años es invitado a dar el pregón de fiestas en su localidad natal, del que lleva ausente muchos años y con el que quiere retomar contacto. Entonces recibe amenazas anónimas para que no se acerque. Eso provoca que Millán tenga que renunciar y el pueblo se queda sin pregón por parte de uno de sus vecinos más ilustres.
 
Ya es un tema que va más allá de la discriminación o los prejuicios. Estamos hablando del odio puro y duro. La pregunta que me hago es: ¿qué es lo que habrá pasado por la cabeza de la persona para criar tanta rabia hacia una persona sólo por su condición?

 Hay gente que da mucho miedo.
 
Pseudoalucinación parasitaria de hoy: Beautiful - Christina Aguilera.

lunes, 1 de diciembre de 2014

1 de diciembre

Supongo que, a estas alturas, todo el que lea estas palabras ya sabrá que hoy es el Dia Mundial de la Lucha conra el SIDA. No creo que ponga nada que no se sepa sobre prevención y no estigmatización de los enfermos, pero sí me gustaría hacer una reflexión a nivel pesonal y me gustaría verlas contrastadas con vuestros comentarios.

Soy de la generación que nació a finales de los 70, poco antes de que la pandemia saltase a la luz. A pesar de que mi infancia la pasé en un pueblo muy pequeño, quien más quien menos veía la tele y sabía que esa enfermedad estaba ahí y no tenía cura. Llegó el instituto a mediados de los 90 y empezaron las campañas de prevención. Campañas que resultaron muy útiles y consiguieron que el nivel de contagios fuese hacia abajo, al menos en los países desarrollados. Sin embargo, estoy percibiendo que desde hace unos quince años esas campañas han desaparecido. Esto, junto con la cronificación de la enfermedad, ha hecho que la gente se haya relajado y haya vuelto a subir el número de contagios. ¿Por que ocurre esto? ¿A quién le puede interesar? ¿A la iglesia, a las compañias farmacéuticas? Yo qué sé...

Al comienzo de la pandemia y fruto de psicosis y desconocimiento, algún oportunista cargado de homofobia la etiquetó como la enfermedad rosa y el castigo divino. Es injusto que se castigue a un colectivo de esa manera, sobre todo hoy que se conocen perfectamente los motivos de la transmisión de la enfermedad. Pero no deja de ser reseñable que, sobre todo, las asociaciones LGBT tienen muy presente dicha enfermedad en sus áreas de trabajo. Eso hace que, desde que admití mi orientación sexual tengo presente que es algo que "va más conmigo" que antes. ¿Debería ser así? Más dudas.

Y ahora viene la conclusión de todo esto: tengo miedo. Miedo a la enfermedad, a cómo podría afectar a mi vida y al rechazo. He leído mucha información al respecto sobre prácticas de riesgo y cómo evitarlas, pero nunca estoy tranquilo del todo porque bien es sabido que la protección total no existe.

Y sobre todo tengo miedo de la persona que no sabe que está contagiada o lo oculta, no de la que se sincera en un ataque de valentía. Esas personas merecen todo mi respeto y cariño, ya que demuestran que me aprecian y me lo ponen más fácil para hablar las cosas y confiar en ellos. Mis miedos no son excusa para condenar al ostracismo a nadie, aunque, ¿sería capaz de vencerlos en el día a día? Pues sería un esfuerzo grande a pesar de todo.

Pseudoalucinación parasitaria de hoy: El fallo positivo - Mecano.